martes, 11 de septiembre de 2007

ENSAYO.
"Sociología del Cuerpo:
La Ontología Social en Marx y Nietzche"

Luis Ernesto Cáceres Rodríguez


1. Sociología y Ontología

Uno de los problemas centrales de la filosofía política y social está ligado al concepto de libertad del ser humano, lo cual, nos conduce a una aproximación entre la filosofía de las ciencias sociales y la ontología. En lato sensu, ésta constituye una rama de la filosofía que estudia la naturaleza del ser u objeto.

En el estudio de las ciencias sociales, se puede decir, que se asumen posturas ontológicas acerca del individuo y de la interacción entre individuos. La estrategia de individuos es lo que llamamos lo “social”, y esto constituye, nuestro sesgo ideológico u ontológico.

Comúnmente se ha disertado sobre el individuo, la sociedad y el Estado, con base a las grandes teorías políticas y construcciones ideológicas del pensamiento (los metarelatos). En primer término, existen los aportes de la filosofía política antigua, que son tomados magistralmente por Aristóteles, quien desarrolla una teoría política, expresada en su concepción naturalista acerca de los roles micro y macro de poder, bajo la lógica lineal y continuada del paso de la familia a la ciudad-Estado, lugar, en donde el hombre iba a ser autosuficiente y podría existir en lo que él llamaba la eudemonología.

En segundo lugar, se puede considerar que la filosofía de la ilustración (Siglo XVI-XVIII) rompió y revolucionó el pensamiento social, desde la construcción de una ciencia de la política o de lo político, a partir, del pensamiento de Nicolás Maquiavelo, hasta el desarrollo pleno del liberalismo político que se sustentó en los aportes brindados desde Hugo Grocio hasta Kant: En el campo de la política a través de la teoría de la separación de poderes (explicitada por Loche y Montesquieu), en el mundo jurídico por la afluencia del iusnaturalismo, en el ámbito económico por el ascenso de la burguesía comercial e industrial, y en lo religioso, por la reforma protestante impulsada por Lutero y Calvino. Este proceso en un inicio político y jurídico, pero posteriormente más de carácter económico, desarrolló toda una filosofía del individualismo y utilitarismo que sustenta la ontología actual de las corrientes económicas monetaristas o neoliberales. Para contextualizar esta filosofía libertaria y el carácter del derecho natural, se puede decir –tomando en cuenta a un gran pensador de esta etapa, Hobbes- que “las leyes de la naturaleza significaban en realidad un conjunto de normas con arreglo a las cuales un ser idealmente razonable buscaría su propia ventaja en el caso de tener conciencia plena de todas la circunstancias en que actuaba y de no estar en absoluto afectado por el impulso momentáneo ni por ninguna clase de prejuicios (…) las leyes naturales exponen condiciones hipotéticas con arreglo a las cuales permiten los rasgos fundamentales de los seres humanos que se funde un gobierno estable. No exponen valores, sino que determinan causal y racionalmente qué es aquello a lo que se puede dar valor en los sistemas morales y jurídicos” (el resaltado es propio).

Precisamente en el pensamiento hobbessiano es en donde se encuentra un sustento importante para la construcción de una ontología individualista, sus acepciones acerca de la naturaleza egoísta y competitiva del hombre, consolidada por las posiciones utilitaristas de Smith y Stuart Mill. Lo anterior se infiere, de lo expuesto por Hobbes en el Leviatán:

“De este modo señalo, en primer lugar, como inclinación general de la humanidad entera, un perpetuo e incesante afán de poder, que cesa solamente con la muerte. Y la causa de esto no siempre es que un hombre espera un placer más intenso del que ha alcanzado; o que no llegue a satisfacerse con un moderado poder, sino que no pueda asegurar su poderío y los fundamentos de su bienestar actual, sino adquiriendo otros nuevos ”(el resaltado es propio).

Otro de los metarelatos –que se consideran clásicos en el pensamiento político- es el elaborado por el Marxismo, pues en éste se plantea una crítica ideológica, política, económica, social, jurídica y de todo ámbito contra la sociedad capitalista, que se ajustaba al pensamiento burgués claramente consolidado a fines del siglo XVIII. La posición ontológica marxista, se deja entrever en sus planteamientos de una sociedad sin clases, la abolición de la propiedad y del Estado como instrumento de opresión social. En el Manifiesto Comunista se lee:
“Los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única: abolición de la propiedad privada (…) ¿es que el trabajo asalariado, el trabajo del proletario, crea propiedad para el proletario? De ninguna manera. Lo que crea es capital, es decir, la propiedad que explota al trabajo asalariado y que no puede acrecentarse sino a condición de producir nuevo trabajo asalariado, para explotarlo a su vez. En su forma actual, la propiedad se mueve en el antagonismo entre el capital y el trabajo asalariado (…) El capital no es, pues, una fuerza personal; es una fuerza social. En consecuencia, si el capital es transformado en propiedad colectiva, perteneciente a todos los miembros de la sociedad, no es la propiedad personal la que se transforma en propiedad social. Esta perderá su carácter de clase. Por la libertad, en las condiciones actuales de la producción burguesa, se entiende la libertad de comercio, la libertad de comprar y vender (…). Os horrorizáis de qué queramos abolir la propiedad privada. Pero en vuestra sociedad actual la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros. Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad ” (el resaltado es propio).

En la actualidad, los grandes relatos han sido criticados por establecer un diseño único y atomizante de la sociedad, lo que va en desmedro de la diversidad y unidad, en la que debe discurrir la humanidad en los albores del Siglo XXI. Esto ha sido planteado por los filósofos post-modernistas y en otro sentido por los post-estructuralistas, que hacen una crítica a la modernidad. El estudio de estas dos escuelas del pensamiento se da dentro de lo que conocemos como “epistemología” de la filosofía de las ciencias.

Dentro de las ideas generales de la corriente post-modernista se pueden señalar:
i) Más que una corriente epistemológica es un movimiento social, que nace en lo estético y artístico.
ii) Plantea la negación del método y del conocimiento.
iii) Posmoderno no es igual a post estructuralismo, pero para algunos sí.
iv) Su posición es anti-metodológica, como lo plantea Lyotard. Para él la literatura y ciencias sociales son lo mismo.
v) No plantean el logro del conocimiento universal. Privilegian la “localidad”. A eso se llama “relativismo local”.
vi) Niegan la política, su conclusión lógica es la apolítica.

Así también se pueden indicar algunos caracteres del Post-estructuralismo:
i) Dentro de los precursores está Foucault. Él aplica como métodos la genealogía (aplicación de Nietzche a la filosofía de Foucault), y la arqueología (del saber, de lo sexual, etc.). El objetivo de los estudios de Foucault, es la “liberación de lo normal”. Él si tiene una tendencia a la política.
ii) Los post-estructuralistas no niegan el conocimiento.
iii) Su base sí es la política.

Según el filósofo centroamericano Carlos Rojas Osorio, en uno de sus artículos Foucault afirma “que tanto la arqueología como su genealogía no perseguían una crítica total de la razón”, pues no ve en el irracionalismo ninguna salida. Focault tampoco hace una crítica general a la razón, ni de las formas universales de racionalidad, sino que sostiene que la forma adecuada de resistir al poder es hacer la “historia de racionalidades específicas”, la psiquiátrica, la penal, la médica, la del Estado, etc., en las cuales ve complicidad entre racionalidad y poder –como el caso Nazi-; Foucault destaca lo indispensable de la razón pero también señala sus peligros .


2. Nociones Generales de la Sociología del Cuerpo.

Filósofos y sociólogos han debatido largamente el problema de la acción social y la voluntad individual en el contexto de la historia y la estructura social. De hecho, puede decirse que el problema de la libertad humana, la voluntad individual y la determinación social constituye una de las cuestiones centrales de la civilización occidental. Si observamos en la historia de la teología cristiana el entorno de acción se refiere al problema de la voluntad de Dios en relación a la acción humana.

El problema del ser en el mundo ha sido explicado básicamente desde el existencialismo, en especial, en la inspiración de Heidegger, Sartre o Alex Husley, pero hasta en ese momento no bajo una perspectiva sociológica del cuerpo. La ausencia de teoría relacionada con este campo obedece a la tradición cristiana occidental del cuerpo, bajo una metáfora persistente en las relaciones sociales: Fue el cuerpo humano quien “proveyó un lenguaje metafórico a la teología cristiana, la cual concebía a la Iglesia como el cuerpo de Cristo y consideraba a la comunidad religiosa como una fraternidad vinculada por la fe y la sangre (…) El cuerpo de Cristo, la sangre de la salvación, el agua del bautismo, el pan de la Comunión, el cuerpo quebrado del Salvador: estos han sido los símbolos constantes del pensamiento y la experiencia cristianos, que obran en oposición a la tradición sacerdotal de la abstracción teológica ”.

En la teoría social freudiana, las instituciones de la civilización son levantadas en contra de las poderosas energías del ello. Para Freud, los rituales y tabúes de la civilización eran un mal necesario, pues el orden social y la razón se asentaban en una cierta subordinación y sublimación del afecto y la emoción desnuda. Para él, los orígenes de la civilización estaban localizados en el complejo de Edipo, en donde el rechazo de la vinculación sexual entre parientes proveyó el fundamento esencial de la estabilidad política, a costa del contentamiento y la satisfacción individuales.

La dicotomía entre necesidad versus orden fue significativo también dentro de la obra de Durkheim, quien concebía la estabilidad de la sociedad moderna como un orden basado en el consenso normativo en contra del destructor capricho del deseo individual. El crecimiento de las expectativas en la sociedad moderna puso en obra una condición de anomia que negaba la posibilidad de la regularidad y la solidaridad social.

En la sociología de Weber, ésta presenta también el tema de la contradicción entre el hábito y el sentimiento, y por el otro, la lógica de hierro de la razón y la racionalidad. El análisis del ascetismo que hace Weber puede ser visto como una teoría de la racionalización del cuerpo, en donde la disciplina monástica se usa para sofocar la incesante demanda de impulso sexual. En la teoría crítica, podemos observar que el desarrollo de la moderna sociedad racional se encuentra también basado en la negación de las energías libidinosas, de manera que la ilustración se funda en la concentración del cuerpo y la subordinación de la emoción irracional. Estos temas de la racionalización versus el deseo formaron parte del proceso global de la civilización .

Es dable recordar que la sociología también significa literalmente la sabiduría de la coparticipación, y de ahí que la sociología se ocupe del análisis de la reciprocidad, el intercambio y la comunicación, en donde el medio del intercambio es tanto simbólico como material.

En este sentido, se deben anotar los aportes realizados por Feuerbach quien subrayó la importancia de la actividad práctica sensual en el examen de la esencia humana. Para Feuerbach, los seres humanos se apropian de la naturaleza al comerla, en consecuencia, el hombre es lo que come.

Esta noción de la acción sensual y práctica encarnada fue acogida por Marx, cuyo concepto de la praxis engloba la noción del trabajo sobre la naturaleza como actividad humana básica. Puesto que al ser los cuerpos parte de la naturaleza, el trabajo debe comprender el trabajo sobre nuestros cuerpos, los que son transformados de modo constante por las prácticas culturales y políticas. Del marxismo deriva la posición de que cualquier análisis del agente debe fundarse en la teoría de la corporación humana como el rasgo fundamental para toda noción materialista de la acción y práctica. Hay que recordar en esto, tres características básicas del pensamiento marxista desde una arista de la ontología social:

• El ser social determina la conciencia social. Como lo sostienen Amitai y Eva Etzioni, al referirse a este pensamiento marxista, “No es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino, por el contrario, su existencia social es la que determina su conciencia ”;
• El fin de la historia no radica en su interpretación sino en su transformación;
• Por último, una lógica de la contradicción antagónica, y en ocasiones no antagónicas, del ser en sociedad: “Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de lucha de clases ”.

Se puede concluir este apartado, afirmando que la sociología como una sociología del cuerpo, tiene tres tareas:

• El análisis de la corporificación social, lo que se puede contemplar en términos de encarnación, apoderamiento y ensimismamiento. La corporificación es subjetiva y poderosa, y la corporificación social tiene que ser conceptualizada en términos de un conjunto de dimensiones críticas;
• La sociología se interesa en el problema del intercambio y la reciprocidad dentro de los hábitos de la vida cotidiana. La confraternidad o “socius” depende de este progresivo intercambio constante e inmediato;
• Por encima del mundo de la reciprocidad, la sociología también se consagra a las instituciones del orden macro-social. En correspondencia con las necesidades humanas está el dominio económico de la producción y la concepción. Ligado al individuo está el mundo de la política, el cual es represivo pero a su vez habilitador. En correspondencia con el ensimismamiento está el mundo de la cultura y la ideología, el que institucionaliza el pensamiento y la comunicación por conducto de un sistema de signos y símbolos. La sociología intenta entender estas complejas relaciones entre el mundo macro-social de las instituciones que son reguladoras y el mundo cotidiano de la corporificación social a través de intercambios recíprocos.

La sociología del cuerpo es una parte importante para toda investigación social, pues la sociología busca comprender la confraternidad que surge de los intercambios progresivos y constantes entre los agentes encarnados que se esfuerzan por satisfacer sus necesidades y deseos dentro de lo cotidiano.

3. La Ontología Social en Marx y Nietzche

Un problema central que se plantea dentro de lo que se denomina ontología social es el referido a la pregunta ¿Qué es el cuerpo? En este apartado sobre el estudio de la corporeidad, nos centraremos en dos pensamientos diferentes pero afines en alguna manera de la ontología, a partir de Marx y Nietzche.

En Marx, la naturaleza humana es definida en términos del hecho de que los hombres, en su sentido genérico, trabajan de forma colectiva la naturaleza para satisfacer sus necesidades, y en el proceso ellos mismos se transforman en agentes sensibles, prácticos y conscientes. La naturaleza existe como una realidad independiente, pero el trabajo humano la modifica y se la apropia una y otra vez, con el resultado que la “naturaleza” se convierte también en un producto social. Marx evita una posición relativista al sugerir que lo universal a la especie humana es la necesidad de satisfacer sus necesidades por medio de la apropiación de la naturaleza y aquello que todos compartimos es el potencial transformativo de la praxis .

En el marxismo, el cuerpo es tanto el vehículo como el lugar del trabajo, existe, pero es transformado de modo constante por la acción humana.

La explicación del hombre en la naturaleza y la naturaleza en el hombre de Marx, no ha sido plenamente desarrollada en la exégesis marxista. Algunos aspectos de los escritos de Lukács, han sido incorporados a este enfoque marxista de la ontología social. Los ingredientes de esta ontología son insertos en la explicación de Marx de cómo los seres sociales transforman la naturaleza y se apropian de ella, por medio del proceso colectivo del trabajo. El hombre, en el sentido genérico, transforma la naturaleza, la cual es objeto y la condición de su existencia, a través del trabajo, el cual constituye una actividad conciente y práctica.

Estas reflexiones sobre el ser en la sociedad deben dar respuestas a los problemas sustanciales de la teoría social clásica: la relación entre el hombre con los animales y la naturaleza, y el salto ontológico entre la naturaleza y la sociedad. La respuesta de Marx a estas cuestiones es urdida alrededor de un análisis dialéctico de la relación entre la “naturalización del hombre” y la “humanización de la naturaleza”. Para Marx, la fluidez de la dicotomía naturaleza/ cultura está esculpida por el carácter histórico y social del trabajo .

Otro referente importante, en esta aproximación a lo que es la ontología social, es Nietzche, quien planteaba que en la búsqueda del conocimiento existe interés en las necesidades prácticas, lo que sabemos no existe independientemente del lenguaje, planteaba que el lenguaje es nuestra primera y última realidad. Puesto que el conocimiento es variable en virtud de la variable gramática del lenguaje, lo que existe es asimismo dependiente del lenguaje. Nuestro ser es producto de la clasificación; posición que está conectada con el inmaterialismo de Berkeley (existencia es percepción), y una doctrina que constituye la base del argumento de Foucault de que el cuerpo es producto del saber clasificatorio y el poder.

En Nietzche, nuestra existencia corpórea no procede a nuestros sistemas de conocimientos clasificatorios y, por consiguiente, el cuerpo es una construcción social. La idea que el cuerpo es un constructo tiene, de manera fundamental, profundas implicaciones para el debate actual en torno al género y la sexualidad, pero no es de modo necesario una conclusión pesimista, ya que aquello que ha sido construido puede ser a su vez, desconstruido.
¿Y los Derechos Humanos qué son, de quién son, para qué existen?

Luis Ernesto Cáceres Rodríguez

Los derechos humanos son una categoría jurídico política, que esgrimieron bajo la denominación de “derechos naturales” los liberales y iusnaturalistas frente a los monarcas y señores feudales. Luego los materialistas, con el nombre de “derechos históricos” para defender los intereses de la clase trabajadora frente a la explotación capitalista. Más adelante, se universalizaron y conceptuaron como “derechos humanos” corolario del drama de las guerras mundiales, y ahora se han ido especificando para proteger a grupos sociales vulnerables y vulnerados. Por ello digo que son una categoría jurídico política, porque son la evidencia de que las concepciones del derecho van aunadas a la teoría e ideología política. Eso entiendo que son, claro que existirán más interpretaciones, y hay que conocerlas. El problema se encuentra en su existencia y desarrollo.

El problema existencial de los derechos humanos es su uso. En la realidad mundial, su concepto está utilizándose para poner gobiernos y romper culturas. Para homogenizar las sociedades, para imponer indirectamente una visión única del mundo. Esa concepción de los derechos humanos no la comparto. Los derechos humanos los podemos entender siempre que comprendamos el discurso político con el cual se suelen acompañar. Así inició el imperio para invadir a Afganistán, como siempre, con sus campañas mediáticas a favor de la democracia, los derechos humanos, su lucha contra el terrorismo, incluso se habló de igualdad de género. Ahora preguntémonos si ese ha sido realmente el objetivo: ¿Qué tan democrático se está convirtiendo Afganistán? ¿Qué acciones se han realizado para lograr la igualdad de género? ¿Porqué el mundo ya no observa que sucede en Afganistán?; más simple y pueril ¿Dónde está Bin Laden?. Y con Irak, ¿Qué fue lo que pasó? El plato de entrada es el mismo, la “democracia”, los “derechos humanos”, con el adicional de las “armas de destrucción masiva”, que al final ya ni pudieron probar donde se encontraban. ¡Pero claro! Se me olvidaba que el imperio si respeta el “derecho internacional humanitario”. Antes de invadir y matar ciudadanos y ciudadanas en Faluya, tuvieron la gentileza de emitir comunicados y panfletos para que abandonaran la ciudad. ¡Si hombre! el imperio si respeta los derechos humanos. ¡Por fin! me termine de convencer que Cuba viola los derechos humanos, porque en Guantánamo -me enteré- que unos soldados torturaban a los prisioneros de guerra de Irak.

Se dice “es el fin de la historia”, pero no saben que es el comienzo de una nueva historia, de una nueva concepción de ésta. La caída del muro de Berlín, los atentados del 11-S y del 11-M, redefinieron la problemática mundial. Ya no es la cortina de hierro, es el mismo hierro que mata ahora con fronteras más invisibles, con discursos más demagógicos y cínicos, con tecnología de punta y sin efecto traumático para los victimarios, pues los botones hacen que se desvanezca la sensibilidad hacía las víctimas. Algo aprendieron los gringos en Vietnam y Corea del Norte: No crear problemas psíquicos y psicológicos en sus “héroes” y combatientes.

Los sistemas de protección de derechos humanos –con sus bondades porque las existen y se deben conocer- se están moldeando como instrumentos de unos países para controlar y manipular a otros. Sin embargo, hay personalidades que se oponen a que utilicen de forma instrumental los mecanismos y órganos mundiales, regionales de protección. Un paréntesis para aplaudir a Kofi Annan por realizar esta labor.

En la actualidad se lucha y desea la consolidación de la Corte Penal Internacional. Es evidente que en una lógica del humanismo, deben de perseguirse penalmente a los violadores a ultranza de los derechos y valores fundamentales del ser humano: Los genocidas, los que cometen ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, crímenes de guerra. El objetivo es respetable. Pero, ¿qué pasa? Los países que más guerras ocasionan y que más imponen la guerra, son quienes están argumentando en contra de la Corte. Y como siempre, los países más pequeños, los más débiles, a los que nos tienen que decir que hacer -sin darse cuenta de lo valioso que somos-, debemos firmar por aquí y por allá, ratificar, celebrar con bombos y platillos la entrada al concierto de las naciones que abogan por los “derechos humanos”, por la “democracia”. Es como el juego del gato y el ratón. Al final, los Estados cuya fuente de ingresos proviene del comercio de armas y de la tecnología nuclear, los que declaran las guerras y las concluyen cuando quieren, son los que nunca vamos a ver en un tribunal internacional, ni a su diplomacia ni a sus ciudadanos.

Algunos me preguntarán, licenciado, profesor o Luis, ahora que anduvo en Europa, como mira la problemática social y de discriminación. Yo les digo: En el viejo mundo se evidencia que están aminoradas las desigualdades sociales, que la clase trabajadora tiene mayores beneficios laborales y de seguridad social. Pero esta afirmación conlleva otra problemática: “La desigualdad mundial” entre países ricos y países pobres. Hay que recordar que muchos países de Europa tienen su riqueza con base en la expoliación colonial que ejercieron sobre otros pueblos, los de América, Asia y África. Esta injusticia histórica, en particular para los latinos, se puede leer perfectamente en el libro “las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano.

En Latinoamérica la brecha entre ricos y pobres es alarmante, y es que como decía Saramago, en la era actual “no se globaliza el bienestar”. A pesar de que en el viejo mundo, existe una mayoría de regímenes que se consideran socialistas y otros social demócratas existe una cultura fuerte del consumo y del individualismo. Aquí viene una paradoja del socialismo europeo: es un socialismo individualizante.

Con respecto al tema de discriminación, la xenofobia y el neo fascismo, estos forman parte de la discusión política y social diaria, sobre todo, en España. Sus frases y consignas, de grupos a favor y en contra, se observan en las calles y periódicos: Algunos todavía ven a los negros, latinos, otros, como seres inferiores. Y aquí surge otra afirmación: la mentalidad racista, los roces culturales, nacionalistas o étnicos, son un problema global Aun no se ha entendido que la grandeza del ser humano, está en el hecho de serlo. En Guatemala también nos encontramos con varios antagonismos: Los blancos contra los mestizos, los mestizos frente a los indígenas, conflictos interétnicos en los grupos mayas. Los problemas de racismo, discriminación étnica y de identidad nacional, son un reto a vencer en la era pos moderna, antes de que sucedan otros campos de concentración.

Bueno mis estudiantes de leyes, mis acuciosos jóvenes y viejos intelectuales, así es como concibo y me explico la problemática de los derechos humanos, al final seguimos en la misma ruta de la utopía y la melancolía.
ESTADO DE DERECHO:
CRÍTICA AL ENFOQUE NEOLIBERAL Y
ANÁLISIS DEL ENFOQUE NEOCONTRACTUAL


En sentido amplio podemos decir que el Estado de Derecho no es aquél en el que los derechos son siempre respetados, sino aquél en el que ante una violación, las personas pueden obtener la tutela del derecho vulnerado.

Del pensamiento ideológico – económico actual se desprenden dos corrientes que propugnan por el estado de derecho, una para garantizar la seguridad jurídica dentro del mercado (esquema liberal) y la otra que se funda en principios axiológicos del estado de derecho (neocontractual); ambas se plantean dentro del modo capitalista de producción.

La corriente liberal tiene el objetivo de constituir como un medio el estado de derecho, cuyo fin sea la libre competencia. Dentro de esa lógica de mercado se aboga por tres aspectos fundamentales:

a) La libertad, que se traduce en la obtención de la persona de derechos como la libre competencia, la libre escogencia de productos, el libre acceso a la propiedad privada, reduciendo el concepto de libertad al de libertad económica, olvidando así su conceptuación sustancial que va vinculada a la primacía de la dignidad humana. El desarrollo de la libertad del ser humano queda atada a las necesidades materiales del hombre: ¿De qué sirve la libre competencia sin igualdad de oportunidades? donde los perdedores serán los mismos que históricamente han sido despojados y excluidos. La libre competencia olvida los valores de solidaridad. Aprenderemos a ver a nuestro prójimo como un objeto (como sucede actualmente), un instrumento que sirva para garantizar nuestra riqueza material; y si por alguna circunstancia ese sujeto – objeto obstaculiza nuestro fin debemos desarrollar todas nuestras capacidades para subsistir y destruir, lo que conlleva a una concepción “salvaje” del sistema económico. De qué sirve la libertad de escoger, cuando el poder adquisitivo de la mayoría poblacional guatemalteca y mundial se ve imposibilitada de adquirir toda esa gama de productos y servicios que ofrece el libre mercado. El mercado y sus productos son una ilusión o espejismo para las millones de personas que viven en la extrema pobreza. La libertad entendida bajo ese aspecto economicista, se vuelve una prerrogativa estéril de una democracia capitalista, desde el momento en que el individuo no está en capacidad de disfrutarla. ¿Qué importa que el hombre sea libre de pensar si al expresar su opinión se le expone al ostracismo social; que sea libre de discutir sus condiciones de trabajo si su situación económica le obliga a plegarse a la ley del patrono; que sea libre de organizar sus diversiones si la preocupación del pan cotidiano le absorbe todo el tiempo; que sea libre de desarrollar su persona si materialmente le falta el minimum vital?

b) Fomentar la inversión reduciendo la función del ordenamiento jurídico a la garantía de la seguridad jurídica estableciendo leyes que reduzcan aranceles, que aumenten los impuestos al consumidor, que no se impongan salarios mínimos a favor de los trabajadores para no desestimular la bendita inversión pero si estimular el hambre, se garantice la propiedad privada a costa de aquellos muchos que no la poseen y reprimir categóricamente a aquellos que vulneren dicho derecho. Es decir, un estado reducido en su función social, sin proteger los derechos humanos de carácter económico y social, pero paradójicamente amplio en su función represiva, creando fuerzas de seguridad eficaces para quien atente contra la propiedad privada y para quien vele por la justicia social. Como lo afirmará Norberto Bobbio “la vigencia y respeto de los derechos humanos son incompatibles con el libre mercado”.

c) Garantía absoluta de la propiedad privada. Para la subsistencia del sistema económico y de una minoría poblacional que está en uso y disfrute de la misma, se estatuye jurídicamente la no vulneración en ninguna forma de dicho derecho. En realidad, en la economía mundial y nacional, se habla poco de aumentar el número de propietarios, pues lo que si aumenta es la acumulación. Como dice José Saramago, “estoy de acuerdo con la globalización, siempre que se globalice el bienestar”.

El segundo enfoque es el neocontractual, el cual deriva de la necesidad de limitar el sistema capitalista liberal y excluyente, y dar un contenido social al Estado, el cual se abandono en virtud de la crisis del sistema socialista. Esta concepción pretende una nueva visión del Estado, moderna, apegada a un contenido social dentro de un sistema capitalista equilibrado, incluyente, nacionalista y progresista.

Uno de los máximos exponentes del neocontractualismo, a quien incluso se le ha denominado neomarxista es Norberto Bobbio[1]. Plantea un Estado de Derecho basado en principios jurídicos y axiológicos. Menciona cuatro aspectos fundamentales para la consolidación del Estado de Derecho, los cuales serán parte del presente análisis: imperio de la ley, división de poderes, legalidad de la administración pública y respeto y vigencia de los derechos humanos.

a) Imperio de la Ley. Se entiende en este aspecto, que todos los ciudadanos y funcionarios debemos someternos a las leyes vigentes del país, siempre que las mismas guarden armonía y concordancia con los intereses de la mayoría (principio de legitimidad de la norma); pues si se deriva una norma o ley injusta, plantea Bobbio que se tiene el derecho a la desobediencia civil o a la resistencia pacífica.

b) División de Poderes. En un estado de derecho esta escisión elimina los abusos que se cometen cuando existe un poder único y concentrado. Los tres poderes del Estado se ven limitados en sus funciones ya que cada cual asume una función especial dentro del aparato estatal (legislar, administrar, juzgar). Estos tres poderes deben actuar de forma coordinada, sin sujeción o subordinación del uno al otro, lo que no quiere decir que no exista un sistema de contrapesos -como lo planteó Montesquieu- pues el Estado mismo establece frenos constitucionales entre ellos: la interpelación de los Ministros por el Órgano Legislativo, el veto presidencial, los antejuicios de funcionarios y legisladores conocidos por la Corte Suprema de Justicia, entre otros ejemplos.

c) Legalidad de la Administración Pública. Exige que los funcionarios públicos, sean depositarios de la autoridad delegada por el pueblo y por ende deben someter sus actuaciones a la ley y la Constitución Política. Ha sido evidente, que en nuestro país históricamente la administración pública en la mayoría de casos, ha servido para garantizar el bienestar de algunos funcionarios a través de la corrupción y desfalco de los bienes del pueblo, ya sea por la elite empresarial (caso de las privatizaciones) o por la clase militar en concurso con sus títeres políticos (la recién anterior administración es un caso ejemplar, al igual que todo el período de militarización en nuestro país).

d) El respeto y vigencia de los derechos humanos. Esta teoría conlleva una visión neo-kantiana, ya que trata de que el ejercicio de la política se realice en concordancia con los valores éticos de la persona humana: la dignidad como eje transversal de la teoría y praxis de los derechos humanos. La crisis actual de los derechos humanos en Guatemala a mi parecer se debate en tres puntos: i) violencia y descomposición social, fruto de un sistema de violencia institucionalizada en el pasado y de la marginación social a que han sido sometidos cientos de jóvenes que se encuentran sin oportunidades ni horizontes de materializar su integridad personal; ii) la situación de los derechos económicos, sociales y culturales, en virtud de que ante el actual sistema económico que impone el liberalismo y la globalización mundial, se trata de invisibilizar esta problemática llevándola a escenarios mágicos y estéticos (léase el pensamiento económico de Von Hayek, Misses, Friedman). En todas las teorías del libre mercado subrepticiamente subsiste la expoliación y la acumulación ávida del capital que nada resuelve la problemática social a nivel nacional e internacional. El liberalismo conlleva además, tesis restrictivas de la organización social y sindical, llegando incluso a comprar algunos movimientos, con el fin de neutralizarlos. Como se ve no solamente transgrede los derechos humanos el Estado que mata y tortura a sus adversarios, sino también el sistema económico que niega el alimento, el techo, la salud, la educación y la identidad cultural; iii) por último, es indispensable en la actualidad, el respeto y promoción de los derechos de aquellos grupos vulnerados y excluidos históricamente como la mujer, los niños, los pueblos indígenas, las personas con retos especiales, los migrantes, los cuales solamente expongo, con el fin de un abordamiento posterior que amerite justipreciar cada uno de ellos ante la complejidad que contienen.

[1] Filósofo político y jurista italiano. Falleció en el mes de enero de 2004.
Luis Ernesto Cáceres Rodríguez
Parte I

En la soledad…..

Hay días en que te sientes sólo, te dejan sólo, son los días del reencuentro contigo mismo, con tus sentimientos y aflicciones con la vida. Recuerdas lo bello que pudo haber sido tal o cual momento, con la mujer que amas o siempre has amado.

Son días de alimentación del espíritu, del encuentro con el porqué, el para qué, el por quién….

Nos asusta estar solos, pero a veces deseamos estarlo. En la soledad es cuando más amas a quienes te pertenecen, a tu amada, el corazón que late al unísono junto al tuyo. Nunca quieres que esa vibración constante termine, se quebrante, porque si llega a pasar, la soledad se hace melancólica. Cuando las cuerdas del reloj del amor se paren para ti, en ese momento comienza el sentimiento más ineludible, el sufrir, el querer más, el deseo más….

En la soledad puedes lograr que los corazones se ensanchen para obtener la pasión trascendental de la existencia, ante los laberintos de la vida, ante los recelos de la gente, ante lo opaco de la humanidad, ante las luces de las niñas de los niños.

En la soledad, te viene a la mente tu inocente niñez, tú ideal juvenil, tu arquitectura varonil, tu mensaje de amor, el placer de tu país.

Pienso en la soledad, para poder amar y querer a esta lejana humanidad, a esa indiferenciada humildad, ante ese amor con parquedad.

Ernesto Ruz (lecr)
Madrid, febrero de 2005
Parte II

Continúas con tú soledad....

Y el deseo de estar sólo llegó. Ahora la vacilación es cuando se marchará. El egocentrismo sepultó los deseos más sinceros y loables con aquellos que siempre tendieron una mano para apoyar aquél intrépido, travieso, juguetón, triste, bohemio, curioso, inquieto.

Pensó en su sepultura y logró la misma con sus congéneres. De ella si va a aprender, sobre todo para valorar lo que ha tenido aún en su corta existencia. Seguirán los obstáculos. La fortaleza sigue ausente. Cuando va a venir ese corazón y espíritu fuerte que lo hacía navegar incansablemente. Que lo hacía coquetear en un mundo de pasiones y delirios.

La soledad solía acompañarlo, pero siempre existió una persona dispuesta a hacerle compañía. Existen muchas personas haciéndolo ahora mismo, pero no encuentra ese paralelismo que tanto preconiza.

No se si la inexistencia ha sido real o fue un azar el cual ineludiblemente iba a rozar, sin darse cuenta de lo profundo del precipicio. De cuál maleficio estará ahora librándose o cual ha provocado.

Historias con conclusiones inciertas. Tan incierta como el destino y la vida. Tan pasajera como la carne que se muestra llanamente frente al alma. Duda y mejor sonríe. No busques tormentas permanentes, afánate de acuerdo con tus virtudes y sentimientos. Busca el gran espíritu que habita en el corazón humano aunque eso te haga flaquear, regresar, subsistir, renacer.

Ernesto Ruz (lecr)
Villa de Zaragoza, Guatemala, marzo de 2005
Tu Ausencia....

Días con tu ausencia, sin tu luz, sin tu sonrisa, sin tus caricias, sin tu comprensión. Ah! Me visita otra vez la melancolía, mi compañera permanente. Mi amada sigue ausente, no soporto más esta agonía, qué felonía puede llegar a ser la vida sin alegría.

Tú, presente únicamente en mi mente, en mi alma débil pero fuerte para quererte, para poseerte apasionadamente. Sin tu calor de medio día, sin estremecernos en aquellas noches desbordantes, en aquellos sitios alucinantes, disfrutando de aquellos juegos del amor vacilantes. Sin hacer el amor ansiosamente, excitados, sudorosos de deseo y placer.

Cuál narcótico servirá para aquietar este sentimiento tan profundo, tan profundo como el lago entre los volcanes en tierras fértiles tzutuiles. Quiere renacer mi alma en esos amaneceres chapines, en esas riberas apacibles, en los lagos de mi lindo y estrepitoso país. ¿Cuándo descansará toda esa pasión que no logra ser correspondida? esa pasión ante la vida, esa pasión que me despierta la naturaleza chapina, de sus mujeres tan cálidas y atrevidas, quienes adoran profundamente merced que tú correspondas con el silencio permanente. Déjense amar insaciablemente sin que tengan temor de las sospechas de la gente.
Tardes frente a mi angustia, madrugadas de soliviantado pensar ante lo que tú hagas en esta vida, pensando en tu cruel ida, en tu abandono sin medida, en la llegada de tu nuevo amor en la vida, de mi triste recuerdo de toda la vida, del amor que llegó a mi vida sin saber cuando mi alma le haga su despedida. Así de lindo es el amor, como todas las cosas en la vida, ríes y lloras, amas y sufres, alegría y melancolía, amanecer y atardecer, tu bienvenida y despedida, hambre y comida; es tan ambigua que a veces tienes que reírte llorando, como los todos santeros en los altos cerros de los Cuchumatanes, en su alcohólica festividad repentina, ante los dramas que les ha dejado la vida.

Luis Cáceres (Ernesto Ruz)
Madrid, enero de 2005
Texto: "Sobre el Amor".
En la Angustia....

Noches de angustia por la amada. Cuántos laberintos mentales por saber donde está mi amada, de seguro con su verdadero amor, aquél que nunca olvidó.

Sin tregua, ni estupor cuántas veces la ame y yo se que también me amo, talvez no con la misma entrega, pero es que hasta en las relaciones de amor se miran desigualdades.

Es efímero el tiempo del amor, del perpetuo amor. La vida es una lógica del amor y la felicidad, ya que las tiene como epicentro. Amar sin descansar, amar hasta el amanecer, amor del bueno, del bohemio, del de los poemas y versos. Cuánto ansiamos eso, y cuánto lo desperdiciamos.

Es difícil hablar del amor, sobre todo cuando se ha amado profundamente. Ante ello, descubrí dos fórmulas para el envejecimiento: Los amores intensos y las bebidas lujuriosas.

Es triste ver al amor encasillado, atado a los rigorismos legales, a los litigios leguleyos. Es triste cuando se “ama” entre monedas, entre alcancías y cuentas; entre familias; entre intereses mezquinos. Nunca se debe amar de esa forma, porque nunca esa forma constituye amor.

¿Pero resulta paradójico o no el amor?. Amás y sufres. Sufres y vives. Vives para el amor. El amor, no sólo el individualista. From decía: que lo que se llama amor a un solo individuo, resulta ser a menudo un vínculo de dependencia; quien sólo ama a una persona no ama a ninguna. Así de cruel es el amor; nunca aprendes a amar si no te amas a ti mismo, a los que te rodean y a tu prójimo. El amor es sin fronteras, sin raíces, ni convicciones.

Me despido de ti, mi musa, ojos grandes, ojos café claros, ojos negros, pestañas lindas, sonrisa inquietante, escultura erótica, calor asfixiante, me derrito entre tus piernas, me aclaras la mente, me devora el deseo, me excita tú olor, tus cabellos, la sangre en tus venas, tú transpiración me enloquece, hay! hay! Niña linda, cuánto te amo y deseo.

Madrid, enero de 2005.
Luis Cáceres (Ernesto Ruz)
Texto: “Sobre el amor”
Amar en el dolor.....

Hoy otra vez vi las noticias.... la muerte sigue acechando a mi país. Inexplicablemente, amanecen día a día corazones encendidos para amar, para trabajar, empeñados en la ardua tarea del existir.

Cuántas lágrimas han abonado la tierra de este indescriptible país, Guatemala. Incontables las noches en que se han oído los gritos desgarradores de una madre, una esposa, un niño que ve a su ser querido desvanecerse en el infinito. La primera lección vino en la Colonia, después con el avasallamiento y la dictadura, luego, con el período sangriento militar, y ahora, enfrentados en un clima de descomposición social que no tiene fin, es la nueva guerra durante la post-guerra.

Los cerros se bañaron de sangre y dolor durante el conflicto armado, mentes asesinas y déspotas arrasaron pueblos enteros. En las banquetas y paredes de las ciudades aparecen hoy las placas en memoria de las víctimas asesinadas, jóvenes estudiantes, intelectuales, profesores, literatos, periodistas, todos aquellos que mantenían una esperanza de vida democrática. Las cruces y capillas de algunos pueblos se levantan sobre los restos de los humildes a quienes humillaron y acallaron con la fuerza segadora de la vida y del amor. Actualmente, todos esos que infundieron el miedo y el temor, organizan grupos juveniles, crean bandas para secuestrar, extorsionar y matar vilmente a una población agobiada ante toda esa penuria.

Sin embargo, como decía José Martí “la única verdad del ser la constituye el amor”. A pesar de que la sangre se desborda cruelmente existe esperanza, pues mientras hay vida hay esperanza. Se observan parejas paseando en las plazas y barrios de la ciudad, en los sitios campestres se ven las sonrisas de los enamorados, en los rincones de restaurantes y cines van algunos extasiados de deseo. Sólo el amor puede dar sentido a la existencia. Pero el amor debe recobrar su sentido pleno, el amor de versos debe combatir al de papel plástico y tarjeta, la palabra y comprensión ir en contra de la opresión y reserva, los detalles se deben anteponer ante las superficialidades, debemos estar claros que el amor de etiqueta y conveniencia no constituye el verdadero y buen amor. Este amor debe dar una digna batalla al egoísmo y hedonismo post-moderno. Con ello se podrá evitar que el amor se convierta en sufrir.

Mañana, se oirá el cantar de los pájaros, el desfile de las hormigas, el suave movimiento de las flores, se observará el amanecer y atardecer naranja de la época, el juego de los niños, la esperanza de los hogares, la cotidiana pugna por sobrevivir, el incansable deseo de amar, todo eso sólo si no se antepone la pesadilla social y el dolor diario....pongamos fe y empeño en que la bondad y el amor prevalezcan.

Ernesto Ruz
(Luis Cáceres)
Guatemala, febrero de 2007
Texto: “Sobre el Amor”