domingo, 25 de mayo de 2008

ESTADOS UNIDOS COMO POTENCIA MUNDIAL

Estados Unidos de Norteamérica es un país de suma importancia para la historia económica, política y jurídica del mundo, desde la consolidación del Estado moderno hasta la actual época contemporánea.

Estados Unidos nació y se consolidó como un Estado liberal a fines del siglo XVIII D.C.. Su Constitución de 1789 estableció las bases de una sociedad garantista, democrática y promotora del bienestar individual. La búsqueda de la felicidad humana quedo como una quimera planteada en la propia Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia.

A criterio del ensayista, Estados Unidos pasó por tres etapas de suma importancia, que contribuyeron a su consolidación económica y política, para ser considerado una potencia mundial y un paradigma a seguir por los demás países del hemisferio. Esas etapas son: a) los amplios procesos de migración que se suscitaron desde mediados del Siglo XIX a mediados del Siglo XX; b) la estrategia económica del “New Ideal” del Presidente Roosevelt y el impulso del “Plan Marshall” después de la terminación de la II Guerra Mundial; y c) la caída de la URSS y del bloque socialista del este europeo, lo que contribuyó al proceso de liderazgo a nivel mundial del enemigo natural e histórico del socialismo, los Estados Unidos de América.

Durante la primera etapa descrita, se puede decir que esa Nación se gestó a través de un proceso de migraciones provenientes de la Europa central y del sur, cuyos ciudadanos anhelaban prosperidad, obtención de riqueza (sobre todo ante la abundante tierra y recursos naturales que existía en Norte América) y libertad, lo que propició un caldo de cultivo para la formación democrática de ese país, tal y como lo describe Alexis de Toqueville en su excelsa obra “La Democracia en América” .

El proceso de migraciones coadyuvó con el crecimiento económico de Estados Unidos. La migración fue uno de los factores más determinantes del progreso norteamericano desde mediados del Siglo XIX hasta mediados del Siglo XX, lapso en el cual se trasladaron alrededor de 40 millones de personas, constituyéndose en el mayor flujo migratorio de la historia mundial. Los principales alcances de este ciclo “pueden apreciarse directamente en el refuerzo dado a la incipiente expansión económica de la nueva nación y al crecimiento de las grandes ciudades, lo cual aunado al surgimiento de una nueva demanda contribuyó al perfeccionamiento del mercado masivo” .

La segunda etapa de impulso económico estadounidense, puede desprenderse de la estrategia económica de Delano Roosevelt para salir de la crisis mundial de 1929 y el aprovechamiento de las empresas estadounidenses de los beneficios conseguidos con el Plan Marshall, después de la culminación de la II Guerra Mundial.

El Presidente Roosevelt imprimió un alto grado de confianza al electorado y a la sociedad en general. Su estrategia de jalonamiento económico –con intervención estatal- fue el “New Ideal”, ideología inmortalizada por Roosevelt. Este Presidente invirtió grandes cantidades de dinero en infraestructura con el propósito de generar empleo y utilizar la construcción como sector impulsor de la economía y de la sociedad en general .

Con la II Guerra Mundial, los estadounidense aprovecharon sus recursos humanos y de capital disponibles, haciendo de la industria bélica en sus diferentes procesos un foco de empleo y progreso para gran parte del país, no obstante que Estados Unidos participara al final de la guerra, ante la amenaza nazi y el bombardeo de su base naval de Pearl Harbor por los japoneses.

Los norteamericanos durante esa época aprovechó su enorme capacidad técnica de producción y se dedicaron a exportar productos y bienes de capital (automóviles, maquinaria, tecnología, entre otros) demandados en los mercados europeos.

Al terminar la guerra, Estados Unidos impulsó el Plan Marshall en la economía de post conflicto. Este plan canalizó ayudas por cerca de 13 billones de dólares hacia Europa, pero los EEUU también se vieron ampliamente beneficiados con este flujo de ayuda, pues gracias a la apertura permanente de los mercados y la demanda europeos, obtuvo un superávit en la balanza comercial por valor de alrededor de12.5 billones de dólares.

La tercera etapa -a criterio del autor- como proceso de consolidación de Estados Unidos como potencia mundial, deviene a partir de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas –URSS-. Esto convirtió a ese país en el nuevo líder del nuevo orden mundial merced de su hegemonía económica, su capacidad bélica y el control de las instituciones supranacionales (Consejo de Seguridad de la ONU, la OTAN, los Tratados de Libre Comercio, el Banco Mundial, el BID, etc.).

Su fiel estrategia ha sido el impulso de la industria bélica, ahora enfatizada en la lucha internacional contra el terrorismo y el narcotráfico (en otrora fue la lucha contrainsurgente), lo que lo ha llevado a intervenir drásticamente en ciertos escenarios convulsivos: Irak, Afganistán, conflicto Israel-Palestina, Irán, Corea del Norte, Colombia, Cuba, Venezuela, entre otros; imponiendo de esta forma su modelo económico, político pero también socio-cultural, lo que constituye el proceso último de su arquetipo imperial.