domingo, 21 de febrero de 2010

SEMBLANZA DE UN MAESTRO

El Maestro Rafael Godínez Bolaños nació un día de esos de la primavera democrática de Guatemala, estudio en Casa Central, en el Colegio Infantes y el Instituto América en la sexta avenida de la zona uno. Fue seminarista en San Vicente de Paúl y egresado de San Carlos, eso lo ha hecho encontrarse en una dicotomía filosofal frente al cristianismo y materialismo; aunque sabemos que siempre ha sido un respetuoso de la idea de Dios y Jesucristo. Tiene un gran sentido humano y eso le basta para sentirse un buen cristiano y de seguro no le gustan las diatribas y simbolismos del mundo religioso.

Siempre ha sido fiel a una concepción de vida de color rojo, es leal al Municipal, Barcelona, el Manchester y a todos los que vayan vestidos de rojo. Desde allí trae una identidad profunda con la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos que tanto quiere.

En conversaciones con él, nos indicó que ingresó a la Universidad en 1966 y decidió estudiar Derecho, pues era algo que siempre quería, por buscar justicia, aunque –según lo expresa- no la ha encontrado, por eso no se ha ido de la “U”, refiriéndose a la Tricentaria San Carlos. Su propia GUATEMALA es el primer dato del informe de la injusticia que le ha tocado vivir. Aunque la vida no ha sido tan plácida para que pueda ver plenamente realizado el valor justicia, sobre todo, en nuestra sociedad que es tan desigual, conservadora e inequitativa, es uno de esos personajes acrisolados, honestos y virtuosos que ha dejado todo para luchar por mejores profesionales egresados de la Jornada Matutina de la Facultad de Derecho de la San Carlos. Eso lo ha hecho hacer una entrega permanente con esta Jornada aún a costa de su propia vida personal y familiar. Uno de sus hijos le reprochó un día enojado “ándate con tus hijitos de la mañana”. Él y nosotros sabemos que da la vida por los y las matutinas. Damos gracias a sus hijos Rafael Alejandro, Miguel Alejandro y a su nietecita Sofía, sus padres y demás familia, por darnos a un verdadero maestro, padre y amigo.

El mejor recuerdo que él tiene –según nos lo manifestó- es el de dar clases en la Jornada Matutina, sabemos que nos considera a cada uno como sus verdaderos hijos, aunque, a sus alumnos de las demás jornadas los considera hijos putativos, conocemos que da lo mejor de sí por todos. Su canción favorita es “Color Esperanza”, pues le trae recuerdos de sus matutinos en aquél festival de estudiantes cuando sus alumnos cantaron dicha canción. Su momento más feliz en la vida “es cuando uno de nosotros se gradúa”. Por eso, su entrega debe ser correspondida día a día por cada uno de nosotros, sobre todo, cuando egresemos y podamos dar a nuestros Profesores, nuestra Jornada y Facultad algo valioso, por esa lucha afanosa en pro de nuestro futuro.

El Maestro Godínez nunca ha olvidado su vida estudiantil ni a sus compañeros de vida bohemia, que incluso uno de ellos –siempre nos lo comenta- tomó la decisión de tomar el destino por sus manos y se lanzó en uno de los famosos puentes de esta compleja ciudad. El Maestro Godínez no tuvo la opción de ir a la “chicha”, en su época cuando estudiaba en el actual MUSAC, con sus compañeros visitaba el Granada, la Lourdes, el Manto Sagrado, La Rosita, La Floresta, el Portalito, el Sexteo, El Mercado Central; era una etapa de vida revolucionaria, bohemia, con Pink Floyd como epicentro –el grupo favorito del Maestro-, donde imaginamos resultaba apasionante oír hablar de Luis Turcios Lima, Fidel Castro, el Che Guevara, el Tlatelolco mexicano, las manifestaciones francesas de 1968, Goodstock, la inserción de los alucinógenos, entre otros.

Talvez, como él nos ha dicho, no ha podido ver el valor justicia como algo objetivamente realizado pero lucha y forma día tras día a muchas personas con el afán de transformar esas estructuras espurias del sistema de justicia guatemalteco que con tanto ahínco analiza, contradice y crítica en esos espacios de libertad llamados “aulas universitarias”. Y como decía un ilustre pensador que él admira, Luis Recasens Siches: “el Derecho es vida humana objetivada y la Justicia aunque no sea plenamente realizada debemos luchar por ella todos los días de la vida”.

Desde 1975 es profesor universitario y es el único docente de la Facultad que permanece más del tiempo completo dedicado a la enseñanza y formación universitaria, sólo él pasa las tres jornadas del día en este recinto del Derecho, trabaja igual de arduo en la tarde y la noche, como lo hace con los matutinos. Todos sabemos que es un hombre con responsabilidad y compromiso, además, que tenemos el privilegio de contar con su mente y corazón totalmente comprometidos con cada uno de los estudiantes y egresados de la prestigiosa “matutina”.

Le gusta dar clases para compartir con los patojos y ver como va cambiando su pensamiento, eso es lo más remunerativo en la enseñanza –nos comparte-. Como estudiante, sus clases favoritas fueron lógica jurídica y filosofía del derecho. Para dar clases, todos sabemos que es un verdadero “administrativista”, reconocido en nuestra Alma Máter y demás universidades del país. Aunado a ello es un pensador y jurista del derecho constitucional. Su pensamiento lo consolida en folletos que él llama “juritex” y lo hace porque se niega al lucro en el ejercicio de la docencia y facilita a sus estudiantes instrumentos de conocimiento. Incluso, cuando examinaba privados o impartía cursos propedéuticos para examen técnico profesional, él no cobraba los honorarios de los mismos.

Todo esto lo ha hecho en beneficio de la Facultad, independientemente de la Jornada, por eso defendió a la Facultad de Derecho y fue Decano de ésta cuando iba a ser cerrada en los años ´80 ante la represión de la dictadura militar de la época, y no la abandonó como hicieron algunos profesionales, que después de un exilio de comodidad vinieron a trabajar de forma servil en las Cortes y con los poderes invisibles del país; por eso es tan reconocido el Maestro Godínez como profesor, él es de esas “vacas sagradas” que acostumbraban a egresar de la Facultad y Universidad Nacional, antes de entrar en el actual ambiente politiquero que ha contaminado el mundo de la verdadera academia, ciencia y conciencia.

Siempre aconseja positivamente a sus alumnos, a quienes exige de forma constante que estudien, por su bien, para cambiarse a sí mismos y aprovechar el tiempo. Él está siempre pendiente de todos nosotros, de los éxitos de los alumnos y sus egresados. Se siente sorprendido cuando escucha logros académicos o profesionales de ellos, sabe que muchos están cosechando éxitos loables, no éxitos espurios ni basados sólo en esquemas monetarios; ese tipo de éxitos falsos los puede conseguir cualquier oportunista o quien se inserte en el crimen organizado, pues, lamentablemente esas formas a veces tienen cara de algún abogado, juez, fiscal o un dis que defensor de derechos humanos.

Él sabe que cada uno de nosotros lleva una preparación bien pensante y que somos personas de buenos sentimientos. El mismo Maestro Godínez afirma “No hay que olvidar que la academia también tiene que ir fortalecida con buenos sentimientos; la justicia, la paz y el bienestar no se logran solamente con la academia”.

Finalmente, sabemos que él se siente orgulloso de nosotros y nosotros de él. Gracias MAESTRO GODÍNEZ, gracias CHINO GODÍNEZ, hoy queremos recordarlo con estas frases en uno más de sus onomásticos y en un año en que su mayor logro, la Jornada Matutina de Derecho de la Universidad de San Carlos arriba a sus quince primaveras.

¡MUCHAS GRACIAS¡

- Alumnos de cuarto año
Jornada Matutina de la
Facultad de Derecho, USAC 2010
- Profesor Luis Cáceres
Ex alumno de la 1ª. Promoción