martes, 6 de septiembre de 2011

Nuevos días

En algún momento supe de la vida, de su encanto, el delirio, la pasión.
No se en qué momento empezó todo a erosionarse, quizá cuando me sedujo la embriaguez o el amor sombrío. Quizá cuando conocí el desprecio y la falta de cariño.

He pasado oculto estos meses, detrás del sueño y el desanimo; pensé que no volvería, pero nuevamente intento llegar al sano juicio mental, emocional y espiritual.

La melancolía amiga mía me visita constantemente. He dejado de ser el ruiseño, el soñador, el constructor de grandes metas. Posiblemente esto sea iniciar la maduración. Llegar a lo concreto, fijar cosas alcanzables, comprender y razonar sin demasiado ímpetu.

Han llegado estos nuevos días de iniciar una recuperación integral, lo demás será Dios, el destino, el karma el que lo forje. Me desentiendo de lo que pueda hacer por mi propia voluntad y dejo todo a nuestro ser supremo.