viernes, 18 de septiembre de 2009

ENFOQUE MARXISTA SOBRE EL DESARROLLO

PROLOGO. 1.- Premisas filosóficas del marxismo. 1.1. El Materialismo Dialéctico. 1.2. El determinismo económico. 1.3. La lucha de clases e ideología. 1.4. La Revolución Proletaria. 2.- Pensamiento económico marxista.

PRÓLOGO

Karl Marx tiene como sustento la filosofía hegeliana, suprimiendo de ésta en primer término el idealismo al cual el primero impregnó la tesis materialista; en segundo aspecto, sustituyó la lucha de naciones hegeliana como unidades efectivas en la historia social por la lucha de clases, radicalizando así su profetismo revolucionario.

Tomó esencialmente la dialéctica hegeliana, era su método eficaz para demostrar el desarrollo social, por lo que su filosofía al igual que Hegel se constituyó en una filosofía de la historia.

Para ambos la base de todo cambio social es la necesidad; la fuerza impulsora del cambio social es la lucha y en último lugar el factor determinante es el poder.

Para Marx la lucha que genera el desarrollo histórico social es la de clases y el poder económico es el factor determinante de los cambios superestructurales a nivel político y jurídico.

La filosofía marxista está conformada por una serie de etapas o pasos que se debían seguir para alcanzar la sociedad humana desarrollada, la que se caracteriza por una igualdad de la condiciones de vida, aboliendo las desigualdades, para lo que era necesario un cambio radical de las economías que producían plus valor, es decir, había que consolidar el Estado socialista.

1. Premisas filosóficas del Marxismo

1.1. El Materialismo Dialéctico

Marx consideraba a la dialéctica como un método lógico , el único capaz de explicar una materia de estudio en constante desarrollo y de revelar la necesidad de su desarrollo.

El materialismo marxista se identifica como científico y a pesar que los estudios sociales pudieran imitar a la física, pensaba acercándose a los positivistas, que podían alcanzar un nivel de precisión y certeza alto.

El materialismo comportaba un rechazo radical a la religión, la cual consideraba Marx como el opio del pueblo.

El materialismo dialéctico además tenía como objeto explicar el sentido de una revolución social, la necesariedad del auge y paralelamente la sustitución del modo de producción capitalista, que permitiera la socialización de los medios de producción, desterrando la explotación y la desigualdad social. El proletariado como producto del dominio de la clase dominante al liberarse, liberará a la sociedad y al abolir la desigualdad social puede crear una sociedad sin clases, en donde el Estado resulte innecesario.

1.2. El determinismo económico
Las fuerzas impulsoras de la historia social son para Marx económicas. Lo económico significaba el modo de producción, y puesto que cualquier sistema de producción lleva consigo una forma de distribución del producto social y la distribución crea una estructura de clases sociales, en donde, cada una de las cuales está determinada por su posición en el sistema.

El método mediante el cual una sociedad utiliza los recursos naturales y produce los bienes que le permiten vivir, es para Marx la fuente de su existencia. El modo de producción explica la situación política y su situación cultural en determinado momento; y los cambios en el sistema de producción explican los cambios que se producen en la política y la cultura.

Así en una economía capitalista, el respeto y defensa a ultranza de la propiedad, base del sistema productivo, constituye una premisa fundamental del orden jurídico y político.

La estructura de clases que existe en la sociedad en cualquier período, es el producto histórico que varía según las fuerzas de producción económica que la sociedad puede utilizar.

La economía se convirtió para Marx en una fuente de su análisis histórico, base para determinar las relaciones prevalecientes en cualquier sistema de producción dado, complementado por el auge y el desarrollo del sistema.

1.3. La lucha de clases e ideología
La clase era para Marx –de acuerdo a Sabine- una unidad colectiva que actúa y produce sus ideas y creencias, actuando bajo la presión de su situación en el sistema económico y social. El individuo cuenta por su participación en la clase, porque sus ideas son un reflejo de las ideas creadas por la clase.

El ser social determina la conciencia social enfatizó Marx. Son las condiciones materiales en que se desenvuelve el ser y su entorno que determinan su ideología o sus percepciones sobre el mundo. Lo importante era que la clase proletaria asumiera la conciencia de clase en sí (el ser proletario) y para sí (la reivindicación de sus libertades frente a la clase dominante).

La historia de la humanidad está determinada, en el pensamiento marxista, por la lucha de clases. Así se evidencia en el Manifiesto Comunista:

“La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra, opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes” .

Esa nueva lucha de clases en la economía capitalista se basaba en el antagonismo entre capitalistas y proletarios. La transformación revolucionaria del modo de producción capitalista se orientaba a la abolición de la desigualdad y la propiedad al constituirse la sociedad comunista y como medio de transición el Estado socialista.

Las clases dan origen a sus ideologías propias, pero el hecho de que una creencia se origine en una clase social o sea característica de ella no supone que sea válida o no.

La teoría de la estructura de clases de Marx en las sociedades industriales modernas se conformaba por una clase media urbana y comercial, dedicada políticamente a las libertades civiles y políticas de la Revolución y proletariado industrial principalmente urbano, pero más por la seguridad económica que por la libertad política. Consideraba a estas clases como las fuerzas políticas activas en una sociedad moderna, las fuerzas entre las cuales tiene lugar principalmente la lucha de clases.

Las otras clases reconocidas por la teoría, el campesinado y la pequeña burguesía, eran consideradas por Marx como políticamente inertes, aunque en determinado momento podían estar de acuerdo con lo que hacen las dos clases activas.

1.4. La Revolución Proletaria
La revolución en Marx –según Gide y Rist - consistirá en la eliminación de la clase poseedora por la clase obrera, pero esta eliminación no necesariamente debe ser violenta; bien puede ser por el camino político y legal, si la clase obrera llega a conseguir la mayoría en el Parlamento o bien por el camino económico, si las asociaciones obreras llegan, por ejemplo, a organizar directamente todos los servicios económicos y a no dejar ya en lo sucesivo al capitalismo más que en el estado de una cáscara vacía.

El fin del capitalismo, según los autores citados, también puede venir también bajo una forma más esperada por los marxistas: en forma de una crisis económica que arrastrará consigo al capitalismo y que será la consecuencia, de suerte que éste acabará por una especie de suicidio por “autodestrucción”. Como es sabido la teoría del conflicto y cambio forman parte de la noción marxista.

Sin embargo, el marxismo no excluye la violencia, considerándola como probable, porque la sola libre acción de la evolución no bastará, sin duda, para desprender de las formas sociales antiguas las formas nuevas. Marx diría en su texto Miseria de la Filosofía que “la fuerza es la partera de toda sociedad en acción”.

La fuerza y violencia se manifiestan básicamente en aquellos antagonismos inconciliables y constituyen la base del desarrollo social.

En la sociedad capitalista es válido desobedecer las leyes, pues son producto del ambiente burgués, son una expresión de su voluntad; la revolución consistirá en sustituir esa leyes por otras, que derriben todas las estructuras de la sociedad capitalista, esencialmente la propiedad.

En el Manifiesto Comunista se indica:

“El rasgo distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la propiedad burguesa. Pero la propiedad privada actual, la propiedad burguesa, es la última y más acabada expresión del modo de producción y de apropiación de lo producido basado en los antagonismos de clase, en la explotación de los unos por los otros. En este sentido los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única: abolición de la propiedad privada” .


2. Pensamiento económico marxista
Como se ha mencionado, Marx baso sus estudios de diversas sociedades en una interpretación materialista de la historia. Bajo este análisis el desarrollo de una sociedad debe comenzar a partir del proceso de producción, el cual, a su vez, contiene dos aspectos fundamentales: “las fuerzas de producción y las relaciones de producción” .

Las fuerzas de producción son consideradas generalmente como la suma de condiciones materiales (materias primas, herramientas, máquinas, etc.), incluida la fuerza de trabajo humana, con su conocimiento y experiencia. Las relaciones de producción son aquellas que se dan entre los seres humanos durante el proceso de producción, cambio y distribución de los bienes materiales de una sociedad. Las fuerzas de producción y las relaciones de producción forman el modo de producción.

El modo de producción constituye la estructura económica de la sociedad, y para Marx es el factor determinante, es el punto de partida de su análisis del desarrollo histórico.

Las fuerzas de producción se desarrollan y renuevan en forma constante, a la par del conocimiento humano sobre la naturaleza y el desarrollo tecnológico. Es la transformación de la naturaleza y de la mejora de las condiciones de subsistencia lo que provoca un cambio sustancial en la base.

Un determinado estado de fuerzas productivas requiere en el enfoque marxista adecuadas relaciones de producción, esto es, relaciones apropiadas que gobiernen el uso de las fuerzas productivas; por lo que, las relaciones sociales deben cambiar y ajustarse al estado de las fuerzas de producción.

Así al insertarse la tecnología e industrialización en la dinámica productiva capitalista se debieron modificar y adecuar las relaciones sociales de producción, distribución, comercio y consumo.

Para Marx, los orígenes de todo cambio histórico pueden encontrarse en el conflicto entre las fuerzas y las relaciones de producción. Cuando las últimas no corresponden a las primeras el desarrollo en una sociedad se hace más lento, así que debe acabarse con las relaciones sociales obsoletas, reemplazándolas por otras nuevas y más avanzadas.

En una sociedad de clases, siempre existirán quienes se beneficien de las antiguas relaciones de producción obsoletas y que no estarán dispuestos a abandonar sus posiciones. Por consiguiente, el resultado es una lucha entre diferentes clases sociales.

La razón por la cual existen conflictos entre las fuerzas de producción y las relaciones sociales es que éstas tienen un movimiento más lento que las primeras. El resultado inevitable es una revolución social. El viejo modo de producción (tesis) es remplazado entonces por otro nuevo (anti-tesis), que se ajuste mejor al estado de las fuerzas productivas, y que inexorablemente, será reemplazado por otro novísimo (síntesis). El proceso comienza de nuevo y sigue su decurso, hasta lograr el nivel de desarrollo económico más alto.

La superestructura social que es el otro componente de la dicotomía marxista, en donde convergen, la política, la ideología, la religión, lo jurídico, etc., está determinado por la base económica, lo que describimos anteriormente como determinismo económico.

La tesis marxista del desarrollo estriba en que al preceder el feudalismo al capitalismo, y éste al socialismo y al comunismo, con el fin de alcanzar un estado de socialismo, todas las sociedades debían pasar por las diversas etapas del desarrollo capitalista. Marx dudaba que las sociedades menos desarrolladas fueran capaces de lograr el desarrollo por sí mismas. Esos países o sociedades, Marx las consideraba primitivas e incapaces de lograr un proceso de desarrollo propio.

De acuerdo con Blomström y Hettne, para Marx el colonialismo era un mal necesario, constituía la expansión capitalista necesaria para el salto al socialismo. Era indispensable la eliminación de los modos de producción precapitalista y consolidar el capitalismo.

Marx –citado por ambos autores- en un famoso pasaje de El Capital, taxativamente manifiesta: “Las naciones industrialmente más avanzadas muestran a los menos desarrollados sólo una imagen de su propio futuro”. Marx y Engels compartían que el desarrollo, visto en la necesidad capitalista, era universal e inexorable.

Los países menos avanzados habían de elaborar un tipo de capitalismo más autónomo, similar al que más tarde desarrolló Estados unidos.

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